EE. UU. ordena la retirada temporal del personal de la embajada en Níger debido al golpe militar
En respuesta al golpe militar en curso en Níger, el gobierno de los EE. UU. ha tomado la difícil decisión de ordenar que muchos de los empleados de la embajada de EE. UU. abandonen temporalmente el país. El Departamento de Estado anunció el miércoles por la noche que los «empleados del gobierno de EE. UU. no esenciales» y sus familias deberán evacuar Níger. Sin embargo, un grupo principal de empleados permanecerá en la embajada, y la instalación no se cerrará por completo. No obstante, los servicios rutinarios han sido suspendidos, y la embajada solo podrá ofrecer asistencia de emergencia a los ciudadanos estadounidenses dentro de Níger. La extensión de estas órdenes respecto a los ciudadanos no estadounidenses empleados por la embajada no fue clara de inmediato.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, declaró que la decisión se tomó «por precaución» debido a la situación política en Níger. También destacó que las opciones de vuelos comerciales eran limitadas, lo que hacía que el proceso de evacuación fuera más desafiante. Sin embargo, se estaba considerando la posibilidad de usar vuelos chárter para facilitar la retirada del personal de la embajada y sus familias.
La administración de Biden enfrenta un dilema político delicado con respecto a esta decisión. Níger es un socio clave para los EE. UU. en su lucha contra el terrorismo, y la transición del país hacia la democracia ha sido monitoreada de cerca. Además, las fuerzas militares de EE. UU. tienen presencia en Níger para ayudar en los esfuerzos contra el terrorismo. Calificar los eventos en Níger como un golpe de estado podría poner en peligro la ayuda militar de EE. UU. al país y potencialmente abrir la puerta para que Rusia aumente su influencia en África.
Con la evacuación de los diplomáticos de EE. UU., la administración de Biden corre el riesgo de parecer menos solidaria con el presidente derrocado de Níger, Mohamed Bazoum, y sus aliados. Sin embargo, dejar a los diplomáticos en una situación potencialmente precaria podría tener repercusiones internas para el presidente Biden.
Otros países extranjeros, incluidos los europeos como Francia, ya han iniciado la evacuación de sus nacionales desde Níger. Las preocupaciones sobre la seguridad de los extranjeros en el país, especialmente el riesgo de ser tomados como rehenes y utilizados como escudos humanos por la junta gobernante, han provocado estas evacuaciones.
Han surgido informes que indican que el general Salifou Mody, el jefe adjunto de la junta militar en Níger, está buscando apoyo del grupo mercenario respaldado por Rusia, el Grupo Wagner, en Malí. Este desarrollo ha generado más preocupaciones sobre la participación de las fuerzas de Wagner en países de África Occidental y sus implicaciones para las operaciones militares de EE. UU. en la región.
Actualmente, la situación en la capital, Niamey, es relativamente estable, pero se esperan protestas que podrían llevar a disturbios civiles e inestabilidad gubernamental. El Departamento de Estado ha emitido una alerta de viaje sobre la posible indisciplina en Níger.
El ejército de EE. UU., que tiene 1,100 tropas estacionadas en Níger, principalmente en la Base Aérea 101 en Niamey y la Base Aérea 201 en Agadez, está monitoreando de cerca la situación. El Pentágono suspendió gran parte de su misión de entrenamiento y asesoramiento a las fuerzas armadas de Níger después del intento de golpe.
Hasta el martes, no se habían reportado fuerzas de EE. UU. participando en operaciones de evacuación, y no había una amenaza inminente para el personal de EE. UU. o los ciudadanos estadounidenses en Níger, según el portavoz del Pentágono, el general de brigada Patrick Ryder.
A pesar de las circunstancias desafiantes, la reciente confirmación de Kathleen FitzGibbon como embajadora de EE. UU. en Níger ofrece esperanza para gestionar la relación bilateral durante este período difícil. El Departamento de Estado espera su pronta llegada a Niamey para navegar la situación en evolución.
En conclusión, la decisión del gobierno de EE. UU. de retirar al personal de la embajada de Níger subraya la complejidad de equilibrar los intereses de seguridad nacional, las relaciones internacionales y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en el extranjero durante un período de agitación política. A medida que los eventos continúan desarrollándose en Níger, la administración de Biden enfrentará desafíos continuos para gestionar la crisis mientras protege los intereses y relaciones de EE. UU. en la región.