La fiebre del valle, causada por la inhalación del hongo Coccidioides, está representando una amenaza significativa para la salud pública en los Estados Unidos. Las estimaciones preliminares desarrolladas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indican que más de 500,000 estadounidenses podrían verse afectados por esta enfermedad cada año. Con el potencial de que su impacto sea más de tres veces mayor que las cifras citadas anteriormente, los funcionarios de salud están lanzando alarmas sobre el creciente riesgo de propagación de la fiebre del valle en California durante el verano y el otoño.
El Departamento de Salud Pública de California (CDPH) advierte que la fiebre del valle, también conocida como coccidioidomicosis o «cocci», afecta principalmente a los pulmones, lo que conduce a problemas respiratorios persistentes como tos, fiebre, dolor en el pecho, dolores corporales, fatiga y cansancio. En casos graves, los individuos pueden verse obligados a faltar al trabajo, la escuela u otras actividades diarias debido a los síntomas debilitantes.
El modo de transmisión de la fiebre del valle ocurre a través de la inhalación de esporas del hongo presentes en el polvo y el suelo. Sin embargo, los períodos de lluvia intensa después de una sequía pueden agravar la propagación del hongo, impulsándolo al aire y aumentando la probabilidad de infección. Con California experimentando niveles históricos de lluvia invernal, los expertos y los funcionarios de CDPH están instando al público a estar atentos y diferenciar la fiebre del valle de otras enfermedades respiratorias, como el COVID-19.
Investigaciones realizadas por la Universidad de California, Berkeley, en colaboración con CDPH, han revelado que la sequía seguida de temporadas de lluvia significativa aumenta la transmisión del hongo responsable de la fiebre del valle. En consecuencia, se recomienda que las personas con síntomas respiratorios persistentes que duran más de una semana, especialmente si la prueba de COVID-19 da negativo, consulten a un proveedor de atención médica para explorar la posibilidad de fiebre del valle.
- Para protegerse contra la infección, las autoridades de salud pública recomiendan las siguientes medidas preventivas:
- Evitar actividades al aire libre en áreas donde la fiebre del valle sea prevalente.
- Permanecer en el interior y mantener puertas y ventanas cerradas durante condiciones de polvo y viento.
- Humedecer el suelo y la tierra antes de excavar para evitar la dispersión de polvo en el aire.
- Considerar el uso de una máscara N95 bien ajustada cuando se esté expuesto a ambientes polvorientos al aire libre en regiones de alto riesgo.
Las tasas de infecciones por fiebre del valle son notablemente altas en las regiones del Valle Central y la Costa Central de California, que abarcan condados como Kern, Kings, San Luis Obispo, Fresno, Tulare, Madera y Monterey. Sin embargo, las autoridades han observado un aumento de casos en otras partes del estado en los últimos años, incluidos el Valle del Norte de San Joaquín y el sur de California.
Las cifras preliminares presentadas por los CDC a las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina sugieren que el impacto de la fiebre del valle sobre la población estadounidense podría superar con creces las estimaciones anteriores. Esta revelación alarmante subraya la urgencia de crear conciencia, implementar estrategias preventivas y fomentar la detección temprana de la fiebre del valle para proteger la salud pública.
A medida que crece el riesgo de fiebre del valle, los funcionarios de salud pública, los proveedores de atención médica y las comunidades deben colaborar para combatir la propagación de esta insidiosa enfermedad. Al comprender sus síntomas y adoptar medidas preventivas, las personas pueden dar pasos proactivos para proteger su bienestar y contribuir a frenar la propagación de la fiebre del valle en los Estados Unidos.